La Comisión Europea toma las primeras medidas en relación con el caso de la carne de caballo. Exige a todos los Estados miembros que se efectúen pruebas de ADN para detectar carne de caballo en productos elaborados de vacuno y para la detección de residuos de fenilbutazona en carne de caballo destinado al consumo humano.
Así, con fecha de 21 de febrero se ha publicado en el DOUE la Recomendación sobre el Plan coordinado de control para establecer la prevalencia de prácticas fraudulentas en el comercio de determinados productos.
El plan aborda 2 actuaciones: por una parte la detección de ADN equino en productos cárnicos etiquetados o comercializados como preparados cárnicos de vacuno y por otra el control de carne de caballo destinada a consumo humano.
- Con la primera se pretende detectar la existencia de posibles fraudes al consumidor al incorporar carne de caballo en preparados cárnicos de vacuno sin indicarlo en su etiquetado. Para ello, se van a llevar a cabo analíticas de detección de ADN equino. España va a realizar un total de 150 muestras tomadas en establecimientos de venta al por menor (supermercado, tiendas de barrio, carnicerías) aunque podrán también extenderse a otros establecimientos como almacenes frigoríficos.
- Con la segunda acción se pretende detectar la posible presencia de residuos de fenilbutazona en carne de caballo. Se pretende así evitar riesgos de fenilbutazona, medicamento utilizado en equinos. Los caballos criados para consumo humano deben tener una dieta y un tratamiento fitosanitario diferente al de otros caballos. Si se emplean caballos no criados para consumo humano como carne para alimentos, se corre el riesgo de que se introduzcan en la cadena trófica sustancias como la fenilbutazona. España va a tomar 115 muestras en establecimientos donde se manipule o reciba este tipo de producto como mataderos y puestos de inspección fronterizos, distribuidas por Comunidades Autónomas en función de sus respectivas producciones.
Estos exámenes de ADN se realizarán a partir de 1 de marzo y los los primeros resultados se publicarán el 15 de abril. Se realizarán dos tipos de test de ADN, primero para certificar que la carne es de vacuno y el segundo para descartar contaminación con fenilbutazona en la carne de caballo. Las pruebas se realizarán de forma aleatoria en los productos que contengan carne de res, durante dos o tres meses, ya sean estos fabricados en la Unión Europea o importados de otros lugares.
La creación de un nuevo sistema de intercambio de información permitirá compartir la información sobre las pruebas actuales de forma inmediata. Esto permitirá a otros Estados miembros actuar de inmediato si tienen alguna sospecha. Se acuerda también que las recomendaciones de la Comisión Europea sobre el etiquetado del origen de todas las carnes procesadas deban ser publicados tan pronto como sea posible.